sábado, 3 de abril de 2010

La conjetura de Goldbach

Todo entero par mayor que 2 es igual a la suma de dos primos.







Hay libros que nunca leeríamos si no vinieran de la mano de otras personas. Uno es demasiado uno mismo para descubrir mundos que le son ajenos. A menos que otro ejerza de guía.

De esta forma han llegado a mis manos, para quedarse en mi vida, libros maravillosos como Las edades de Lulú, Las partículas elementales o el interesante mundo de los comics: Persépolis, La liga de los caballeros extraordinarios, Mauss, etc.

Estos días ha llegado a mí El tío Petros y la conjetura de Goldbach, del griego, nacido en Australia, Apóstolos Doxiadis.

Al principio, la perspectiva de leer un libro sobre matemáticas no me entusiasmaba demasiado. Deseosa como ando de enfrascarme en la lectura de La Ilíada, la guerra de Troya me parece más fascinante que una fórmula matemática, qué le vamos a hacer.

Aún así, recién acabada la Biblia, decidí que mi cerebro se merecía una lectura menos "profunda" y me puse a ello".

He de reconocer que he acabado convencida de mi absoluta ignorancia matemática y que aún sigo interrogándome si Petros Papachristos (uno de los dos protagonistas del libro) tiene razón al afirmar que "el verdadero matemático se parece a un poeta o a un compositor musical; en otras palabras, a alguien preocupado por la creación de belleza y la búsqueda de armonía y perfección."

Pero, no es la posible dimensión artística de las matemáticas, ni el intelecto que se requiere (y que no poseo) para amar y entender a los números primos, y mucho menos no es la calidad literaria del texto lo que me ha fascinado de mi viaje con el tío Petros y su "sobrino favorito" para intentar demostrar que "todo entero par mayor que 2 es igual a la suma de dos primos".

Lo que me ha fascinado del libro de Doxiadis es el espejo que ha resultado ser. Su capacidad para enfrentarme con fantasmas que me atormentan desde mi más tierna (notése el uso del adjetivo como lugar meramente común) infancia, como son la genialidad y el fracaso.

En mis clases de Cultura Clásica de 4º de ESO, Fernando (mi profe de historia y una de las personas que más ha influido en mi vida) preguntó un día, al hilo de una de las numerosas tragedias griegas (vaya, parece que lo helénico impregna este post): ¿qué es el fracaso? Yo respondí que yo y así me gané un largo paseo en el recreo que no me ayudó a sentirme menos fracasada, pero sí más aliviada.

Cuando el padre del protagonista intenta convencerlo de porqué su tío Petros es "uno de los fiascos de la vida" le dice: "El secreto de la vida es fijarse siempre metas alcanzables. Pueden ser fáciles o difíciles, dependiendo de las circunstancias, tu caracter y aptitudes, pero ¡siempre deben ser al-can-za-bles!".

Metas alcanzables según circunstancias, carácter y aptitudes. He ahí la clave.

Quizás lo de ser una gran escritora y una importante corresponsal de guerra no estaban al alcance de una muchachita de pueblo, sin una inteligencia especialmente brillante y que se incorporó (tal vez demasiado) tarde al conocimiento.

Petros no logra (¿o sí?) demostrar la dichosa conjetura de Goldbach. Y el enfrentamiento con la cruda realidad acaba por superarlo.

¿Y Antonia? El libro aún está por escribir. Aunque puede que, como Petros, haya buscado mi propio teorema de la incompletitud para justificar mi fracaso.

2 comentarios:

  1. Angeles Moreno Aguilar4 de abril de 2010, 2:11

    Que bien escribes, Antonia.Yo como soy optimista creo que soy tu PRIMERA FAN

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  2. Pues yo apuntó este libro a mi colección particular de libros por leer... que ya van siendo muchos!!

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